martes, 7 de diciembre de 2010

contigo...


Acompañados por el bochorno que tenía como padre un sol de tarde de un otoño que a punto de terminar y escuchando de fondo el oleaje del mar, nosotros. Unidos por manos, arrumacos y besos, pisamos juntos piedras mojadas por olas nacidas en algún otro lugar del mundo. Sentados en la arena, entre continuas bromas y muestras de cariño, se me ocurrió la idea de preguntarte de donde te gustaría que viniesen esas olas, o simplemente, de donde creías que vendrían. Después de decir mares, océanos, ciudades y países, y con una gran dosis de ilusión, cierta inocencia y mucha imaginación, acabamos hablando de una isla para nosotros solitos. Como niños pequeños. Pintando con la mente casas en los árboles, miles de frutas exóticas, monos camareros como en un capítulo de alguna serie televisiva, aves paradisiacas que coloreaban el verde de las palmeras y de muchos otras plantas, dibujando un paisaje digno de cualquier historia de naúfragos que podamos haber leído, visto o escuchado. Pero, sobretodo, amor en el aire. Para nada mencionamos ordenadores, móviles, el metro, cafeterías, supermercados, cines, coches ni nada que no sea de vital importancia. Porque sé que es típico, pero también sé que es sincero: contigo, todo lo demás es secundario.

1 comentario:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar