martes, 7 de diciembre de 2010

contigo...


Acompañados por el bochorno que tenía como padre un sol de tarde de un otoño que a punto de terminar y escuchando de fondo el oleaje del mar, nosotros. Unidos por manos, arrumacos y besos, pisamos juntos piedras mojadas por olas nacidas en algún otro lugar del mundo. Sentados en la arena, entre continuas bromas y muestras de cariño, se me ocurrió la idea de preguntarte de donde te gustaría que viniesen esas olas, o simplemente, de donde creías que vendrían. Después de decir mares, océanos, ciudades y países, y con una gran dosis de ilusión, cierta inocencia y mucha imaginación, acabamos hablando de una isla para nosotros solitos. Como niños pequeños. Pintando con la mente casas en los árboles, miles de frutas exóticas, monos camareros como en un capítulo de alguna serie televisiva, aves paradisiacas que coloreaban el verde de las palmeras y de muchos otras plantas, dibujando un paisaje digno de cualquier historia de naúfragos que podamos haber leído, visto o escuchado. Pero, sobretodo, amor en el aire. Para nada mencionamos ordenadores, móviles, el metro, cafeterías, supermercados, cines, coches ni nada que no sea de vital importancia. Porque sé que es típico, pero también sé que es sincero: contigo, todo lo demás es secundario.

Mi vida eres Tú


Mi vida ha cambiado. Ahora mi vida eres tú. Todo lo que hago me recuerda a ti. Me desconcentro cuando recuerdo que te amo y te echo de menos cuando no escucho tu voz. Sueño despierta y el protagonista, es el mismo con el cual pienso a todas horas. Pienso que mis manos son las tuyas y que las tuyas son las mias. Mi mundo gira en torno a un eje y, ese eje, eres tú.

Vivir...


Cierra los ojos y durante un instante piensa en lo bueno que tienes, en esas personas que hacen que tu vida tenga sentido. Piensa en lo que has vivido e imagina lo que te queda por vivir. Sonríe por ser quién eres y olvida todo lo que un día te hizo llorar. Porque no merece la pena sufrir, nadie tiene derecho a borrarte la sonrisa. Disfruta de aquellos que te quieren y te apoyan, que te abrazan cuando más lo necesitas y que siempre están ahí. O allí. No importa la distancia. Importan las palabras, los hechos, los momentos vividos junto a ellos. Importa cada segundo de felicidad que te han aportado. Porque tú eres importante, único/a y debes aprovechar cada minuto de tu vida. Y si es junto a esas personas, solo te queda darles las gracias y sonreir.